15 septiembre 2014

Definicion

Quizás la felicidad se encuentra en descubrir lo verde de las hojas tiernas, o en la tierra lejana de los niños, en las menudas gotas del rocío, o en el azul sencillo de las olas. En disfrutar, sin conocer su nombre, la enigmática estrella más brillante, en fatigar la vista de montañas, capturar blancas nubes sin saber que son nimbos, dominar el lenguaje de las palmas, el silencio del lago, estrenar cada día la sonrisa. En jugar con palomas, en amar sin preguntas, en cegar toda fuente sin agua y en quemar toda higuera sin fruto. Puede estar en el vuelo preciso de las golondrinas o en la nieve brillante, ¡sobre todo en la nieve…!
  He perdido. Consumir todo el tiempo en nominar las cosas para descubrir que el idioma es tan sólo un intento, que el amanecer no se llama amanecer, sino fuego agradable; y el viento, desorden del pelo; y la orquídea, colores. Disfrutar sin saber adjetivos, sin conocer el paralelo exacto donde se encuentra la isla de los peces encantados. ¿Acaso el horizonte es horizonte? Nueve letras sin formas, o con ellas, que nunca nos dirán si es verde, triste, arenoso…?
  No hables, el beso carece de belleza desde el momento mismo en que lo nombras. He perdido. ¡Tanta filosofía loca! Libros enormes para citar en el preciso instante, leyes en detalle…Y ahora descubro que he perdido: ¡la felicidad no admite que la nombren!

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